La Volatilidad (Caracteristicas Principales III)

Uno de los factores más importantes, si no el más importante, que encontrará en su estudio e inversión en warrants es la volatilidad. La volatilidad se puede medir por las variaciones diarias - en valor absoluto, es decir, dando igual que sean negativas o positivas - del precio del subyacente durante un período de tiempo. Cuanto más se desvíen estas variaciones de la media, mayor volatilidad tendrá el subyacente. Por ejemplo, una acción que todos los días se moviera un 1% (¡al alza o a la baja!) tendría volatilidad igual a cero. Sin embargo, una acción que se moviera un 1%, luego un 2,3%, luego un 1,8%... tendría una volatilidad positiva. Muy superior sería la de una acción que se moviera un 3%, luego un 7%, luego un 0,2%...

Este es el concepto general de volatilidad, que resulta intuitivo. En derivados deberá distinguir entre dos tipos de volatilidad:

a) Volatilidad histórica: es la volatilidad calculada para un determinado número de días (sesiones de cotización), normalmente hasta la sesión inmediatamente anterior a la actual. Por ejemplo, puede calcularse la volatilidad histórica de 200 sesiones del Ibex 35 con las subidas/bajadas en porcentaje del índice durante las últimas 200 sesiones de cotización, hasta el día de ayer.

b) Volatilidad implícita: es la volatilidad que el mercado asume que tiene en cada momento el subyacente para el futuro. Esta volatilidad no surge directamente de una serie de datos sino que se extrae de los precios de los warrants en el mercado. El precio teórico de los warrants se obtiene de un modelo de valoración en el que se introduce el precio actual del subyacente, el tiempo hasta madurez, la volatilidad del subyacente, etc.

Si en vez de introducir la volatilidad para obtener el valor del warrant introducimos el valor del warrant en mercado, obtenemos una volatilidad. Esta es la volatilidad implícita, la que está cotizando el mercado en cada momento.


Si los demás factores que afectan al precio de un warrant permanecen constantes, el que la volatilidad aumente hace aumentar también el precio del warrant. Esto es así porque, con una mayor volatilidad, hay más probabilidades de que un warrant que está OTM pase a estar ITM. Es decir, cuanto más "rápido" se suela mover el subyacente, mejores probabilidades tenemos de que rebasemos en algún momento el break-even y nos situemos en la zona de ganancias.

Vd. puede pensar, lógicamente, que esta es un arma de doble filo, ya que el subyacente puede moverse rápidamente… en contra de nuestra posición. Esto es muy cierto, pero debemos pensar que el ciclo de vida natural del warrant es empezar fuera de dinero, OTM - valiendo muy poco dinero -, y luego ir progresando hacia ITM (o bien permanecer OTM). Así es esencial la "velocidad" del subyacente para que la pérdida de valor temporal no erosione el warrant con el paso de los días. Por el relativamente corto período de vida de los warrants y la posibilidad de ejercer en cualquier momento, no es normal que el warrant, si entra en tendencia de ir de OTM a ITM, vuelva atrás desde ITM a OTM, así que, en resumen, si empieza a moverse en el sentido que interesa a su posición, es mejor que lo haga lo más rápidamente posible.


Como detalle, de nuevo, los warrants ATM son los más sensibles a la variación de la volatilidad. ¿Recuerda que eran los de mayor Valor Temporal? Ambas características son lo mismo: los warrants ATM, en el filo de empezar a tener Valor Intrínseco (un valor más real y tangible, si quiere verlo así), son muy sensibles a la Volatilidad como medida de sus posibilidades de pasar de ATM a ITM.

Esta es una aproximación sencilla a la cuestión de la volatilidad y el valor de los warrants. Seguiremos profundizando en los próximos puntos de esta guía.

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